La
presente carta fue redactada el 5 de noviembre del 2017, un día antes de la
función del 85 aniversario de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria
Campobello, momento en el que se sentía cierto aire febril por los festejos,
una emoción compartida por la culminación de un trabajo que sería presentado en
el Palacio de Bellas Artes. Que quede como constancia del tiempo que nos tocó
vivir.
Carta abierta a la
Comunidad Nellie:
El día de mañana
bailaremos algunos alumnos y egresados en el Palacio de Bellas Artes con motivo
del 85 aniversario de nuestra Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria
Campobello, me he atrevido a escribir las siguientes líneas con miras a toma de
conciencia del lugar donde estamos y el papel que desempeñamos.
El Palacio de Bellas
Artes fue, en su momento, sede de la Escuela Nacional de Danza, la albergó en
su tercer, cuarto y quinto piso, y su escenario principal atestiguó las
funciones demostrativas que evidenciaron su trabajo por varios años. Ahí, en el
referente histórico de las artes más importante de nuestro país, ahí fue
nuestra casa. Regresamos pues al lugar que históricamente nos corresponde.
Que mañana el INBAL se
acuerde que somos su antecedente inmediato, quizá por eso le sea difícil vernos
como una de sus escuelas hijas, ¿cómo puede ser hijo tuyo algo que ha nacido
antes que tú?... que al danzar en Bellas Artes se reaviven los recuerdos de
generaciones pasadas, que rememoremos cuando la Escuela Nacional de Danza
participó en su inauguración, porque también existimos antes que el Palacio.
Que cuando se abra el
telón no solo se hagan presentes Gloria y Nellie... que se aparezcan Hipólito
Zybine, Carlos Mérida, Felipe Segura, Martín Luis Guzmán, Linda Costa, Josefina
Lavalle, José Clemente Orozco, Manolo Vargas, Blanca Estela Pavón, Marcelo
Torreblanca, Enrique Vela Quintero, Nellie Happe, Pablo Moncayo, Diego Rivera,
Roberto Ximenez, entre tantas otras figuras reconocidas que contribuyeron al trabajo
de nuestra escuela y que son parte de su historia, de la historia que seguimos
construyendo.
Que sepamos que es la primera institución oficial en plantearse la necesidad de sistematizar la enseñanza
de la danza, con todo lo que eso signifique, y que por lo tanto es el primer
referente institucional que coloca al maestro de danza como un profesional en
la enseñanza de este arte en nuestro país... Que se sepa que después de 85 años
sigue consolidando su oferta educativa, ahora como Licenciatura en Educación
Dancística... Que este tipo de oferta educativa nos coloca en posición para ser contrapeso de este México violento, machista,
clientelar, corrupto, homicida, y que nuestra labor como educadores a través de
las artes no debe ceder ante la devaluada imagen del docente que han creado
nuestros gobiernos en turno... Con mayor razón nos corresponde permanecer como
acto de resistencia.
Que las ganas de ser
mostradas en escena sea un llamado de atención para aquellos maestros
conformistas, de quienes esperamos más, de quienes aún creemos que pueden
darnos más... Y que también sea nuestro danzar reivindicación y reconocimiento
para aquellos maestros que a pesar de todo mantienen viva su vocación y hacen
de cada clase un compromiso de enseñanza y dedicación.
Que mañana no nos dejemos
seducir por el ego, es más, menosprecien a quien aquí escribe... hagamos a un
lado las pretensiones del 'yo' para conformar un 'nosotros', en el entendido
que no hay competencia, la danza suma, no resta... reconozcámonos con todas
nuestras diferencias como comunidad, pues de aquí somos y de aquí seremos...
una vez egresados así nos identificarán y así seremos señalados: "es de la
Nellie".
Que esta función haga
eco y llegue hasta donde se encuentren Cristina Belmont, Silvia Lira y Claudio
Niño Cifuentes, responsables del secuestro, desaparición y muerte de Nellie.
Que se enteren que sabemos lo que hicieron y que a pesar del daño hecho, la Escuela
Nacional de Danza sigue en pie y tiene mucho para dar.
Que estos festejos
resulten, además, una revisión de nuestras fallas, de los usos y costumbres a
desterrar, de nuestro potencial oculto de acción y cambio, de las carencias y
aciertos, de los vínculos a fortalecer y las dinámicas inservibles a modificar.
Que seamos capaces de ser autocríticos antes de señalar a los demás, y que a
partir de ahí nuestra labor sea más auténtica y colaborativa.
Que justo antes de la
tercera llamada estemos seguros que las expectativas y las emociones estarán
compartidas también por nuestros maestros, que seguramente estarán ahí
respaldándonos con su mirar, observando cómo nuestros cuerpos hablan también de
su labor... Que nuestro danzar también sea de agradecimiento para todos
ustedes: Valentina, Paloma, Javier, Christa, Eloisa, Lino, Julio, Carmen, Norma,
Rocío, Sol, Clarissa, Bárbara, Omar, Gabriel, María Elena, Nadia, Eustorgio,
Aarón, Leticia, Rosario, Penélope, Jessica, y todos los demás que me hayan
hecho falta...
Que estos 85 años, que
no son pocos, los llevemos a cuestas, no como una carga de peso agotador, sino
como impulso para mostrarnos tan honestos en escena como nos sea posible... Pues como diría Josefina Lavalle, la Escuela Nacional de Danza es tradición y punto
de partida, que mañana al danzar el mensaje sea certero y contundente...
Y que al terminar la
función, después de mostrarse las tres orientaciones con sus características
propias, dejemos claro, que finalmente, la danza es una... Que sea pues, la
mejor de las funciones para todos.
"Que baile todo conmigo cuando
bailo,
que baile mi pasado y mi futuro.
Todas las veces que no pude bailar
que baile cuando bailo.
Que bailen mis recuerdos con mis
huesos.
Que bailen los recuerdos de mis
huesos.
Y mi dolor que también baile con mi
dicha.
Que baile todo conmigo cuando
bailo."
-Lucas Condró-
En la foto, las hermanas Campobello, Gloria vestida de china poblana y Nellie de charro, ejecutando el Jarabe tapatío en 1932, año en el que surge la primera Escuela Nacional de Danza. Fuente: Archivo de Alberto Dallal. Fotografía digitalizada por la Revista Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
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